jueves, 9 de febrero de 2012

Capítulo 40


Ven a mi dulce amor, ayúdame a cambiar este destino 
sálvame! por favor, que tengo el corazón partido en dos. 
Dame mas, quiero más, 
de esa bendita forma en que me miras. 
Solo tu, solo yo, caricias que me roben la razón. 


Solitaria estaba mi casa, pero bueno me tenía que acostumbrar que por estos días iba a ser así. Como eran nueve y media de la noche, fui hasta mi heladera y me fije que había para comer, por que sinceramente no tenía muchas ganas de cocinar, pero como no había nada que tenga ganas de comer, opté por un yogurt "ser" que había en la puerta. Si, de vainilla como a mi me gustaba, busqué una cuchara y empecé a comerlo. Cuando termine fui hasta el baño para cepillarme los dientes y para darme un baño, por que necesitaba relajarme un poco, por eso después de ocuparme de mi dentadura, puse un poco de agua en la bañera y le eché una espumita y me quede un tiempo ahí relajada, después empecé a lavarme la cabeza con el shampoo y el acondicionador, y por último me puse un poco de crema para el pelo, para hidratármelo un poco por que si no mis puntas iban a ser cualquier cosa. Fui con las toallas hasta mi cuarto, y como ya me iba a acostar seguramente me puse mi pijama de raso negro, que era como un vestidito corto y la bata haciendo juego, obviamente con mis pantuflas blancas. Baje y me puse a ver un poco de tele, para que me agarre algo de sueño por que hasta el momento no tenía. Y en eso tocan el timbre.. yo no sabía de quien se podía llegar a tratar, por eso pregunte pero del otro lado no me respondían, hasta que bueno junte algo de coraje agarre un palo por las dudas y abrí despacito. 
Lali: hay eras vos.. -dije con alivio cuando vi que se trataba de él-
Peter: me pensabas pegar con ese palo? -me consultó después de entrar a casa-
Lali: no, era por las dudas..
Peter: así que estás solita.. -dijo mientras se acercaba a mi-
Lali: si, -dije abrazándolo- quién te dijo?
Peter: un pajarito..
Lali: seguro que fue Cande, que no quería que me quedara sola
Peter: es que si, es un peligro que estés sola. Por qué no me dijiste?
Lali: por que no te quería molestar, vos también tenes tus cosas..
Peter: pero sabes que este tipo de cosas no me molestan para nada, -dijo mientras me daba un besito-
Lali: comiste?
Peter: si, vos?
Lali: si
Peter: qué cocinaste?
Lali: -sonreí- nada, es que tenía un yogurt en la heladera
Peter: y eso le parece alimento señorita?
Lali: si, es que no tengo mucha hambre tampoco
Peter: ah bueno, estás segura que no queres que te cocine nada?
Lali: si re segura. -dije dándole un beso- gracias por venir

Ámame, acércate y ámame. 
Regálame de apoco tu calor, 
atrévete a mi amor. 
No tengas miedo 
y solo ámame, 
ahora y siempre  
Ámame. 

Lali: sos hermoso, -dije agarrandole sus cachetes mientras estábamos los dos sentados en el sillón-
Peter: vos también, y más con lo que tenes puesto -dijo sonriendo- no me zarpe con el comentario no?
Lali: no, -dije tirándome arriba de él- te amo
Peter: y yo no sabes cuanto!

El mundo se invento para los dos 
no tiene la pasión de explicación..


Empezamos a besarnos como hacíamos frecuentemente, pero esta vez sabíamos los que estando la casa sola, los dos solos esto iba a llegar a más. Empecé a desprenderle los botones de su camisa, mientras el no dejaba de mirarme y me besaba el cuello. Luego él fue el que me sacó mi bata, mientras yo sonreía. Como yo me encontraba arriba de él, cambiamos las posiciones para que él quede arriba mío, por eso él mientras se encargaba de sacar su jeans. Cuando termino fue él también el que me saco mi pijama de raza negro, para después empezar a besarme desde el ombligo para arriba, sensación que me producía muchas cosquillitas. Yo no paraba de buscar su boca, y él la mía, casi no perdían contacto. Las luces habían empezado a ser apagadas, por que a yo en estos momento prefería la oscuridad, por más que él conozca mi cuerpo y yo el de él, todavía me seguía dando cosa. Las prendas interiores desaparecieron rápidamente, para ahora si llevar a cabo esos movimientos que a los dos nos daba placer. Aún así nuestras bocas trataban de permanecer unidas el mayor tiempo posible. 


Junto a ti seducción, 
enciendes uno a uno mis sentidos. 
Quédate con mi amor, 
envuélveme en tus brazos sin temor. 
Viviré siempre así, 
enamorado digan lo que digan. 
Y seré para ti 
porque tú eres una en un millón..


Y así nos encontrábamos, amándonos de nuevo. Él pidiendo que lo ame, yo pidiéndoselo a él. Amándonos como nos gusta, como hacíamos antes, como lo hacíamos ahora. Con el amor de mi vida, si por que él lo es.

No hay comentarios:

Publicar un comentario